Boda en el Monasterio de Valbuena, A&N
La historia de Ángel y Nayeli es de lo más curiosa, ella es mexicana y el desciende de tierras burgalesas, pese a no tener ningún vínculo con Valladolid, decidieron celebrar su boda en el Monasterio de Valbuena, ¿llama la atención no? La verdad es que a mi no me sorprende ya que Valbuena es un lugar especial, un sitio mágico para celebrar una boda.
Ubicado en pleno corazón de la Ribera del Duero, Valbuena es un monasterio cisterciense del siglo XII, una auténtica joya viva de nuestra historia, con su impresionante claustro y sus salas abovedadas, hacen que sea un paraíso para las parejas y sus fotógrafos.
Ángel se vistió en una casa rural en el pueblo de San Bernardo, compartiendo esos momentos con su familia, nos lo pasamos genial. Nayeli utilizó una de las espectaculares habitaciones del hotel para ponerse su vestido.
El trayecto hacía la boda en iglesia de San Bernardo es todo un acontecimiento. Bajar por las escaleras del monasterio, cruzando por los contrastes de luces y sombras que dejan los arcos del claustro, es un deleite para los sentidos.
La ceremonia fue muy emotiva, en ella participaron amigos y familiares, además, contaba con la decoración floral del equipo Byindesign, que son unas auténticas artistas.
La sesión de pareja la hicimos aprovechando la luz del atardecer en los viñedos que rodean el Monasterio, sin duda, uno de los lugares más bonitos para tener unas fotografías de boda en el Monasterio de Valbuena increíbles.
El cóctel, cena y baile, fueron una sucesión de sorpresas, como la que Ángel había preparado a sus invitados, un grupo de mariachis en directo, para hacer sentir como en casa a todos los amigos y familiares de Nayeli que habían venido desde México.
Fue un lujo para nosotros haber podido contar vuestra historia, sentimos una debilidad absoluta por ser fotógrafos en el Monasterio de Valbuena y más con historias tan especiales como esta.
Fotógrafo de bodas Monasterio de Valbuena – Fotógrafo de bodas Valladolid- Fotógrafo de bodas Ribera del Duero.
