Boda en la Ribera del Duero, C&M
Cuando una pareja contacta con nosotros y nos dice que su boda va a ser en el Monasterio de Valbuena, sabemos que va a ser un día muy especial.
El Monasterio es un edificio del siglo XVI situado en pleno corazón de la prestigiosa denominación de Origen Ribera del Duero, sin duda uno de los lugares más mágicos para celebrar una boda en Valladolid.
Desde primera hora de la mañana Carlos y Miriam disfrutaron de los preparativos con sus familiares en las preciosas habitaciones del hotel.
Carlos lucía un elegante chaqué de Oldjeffrey y Miriam un precios vestido diseñado por la famosa marca Valenzuela.
La ceremonia se celebró en la iglesia de San Bernardo, parroquia que pertenece al conjunto histórico del Monasterio y que es una auténtica joya.
Estando en la Ribera del Duero, el mejor lugar para hacer la sesión de pareja son los viñedos que rodean el complejo, que en esta época del año lucen con un color especial.
En el cóctel, en la parte del claustro, disfrutaron con sus familiares y amigos de música en directo, todo un lujo.
La comida y la fiesta fue una consecución de momentos para el recuerdo, desde regalos a invitados hasta terminar con el colofón de la hora loca, sin duda una boda para el recuerdo.
Cuando una pareja contacta con nosotros y nos dice que su boda va a ser en el Monasterio de Valbuena, sabemos que va a ser un día muy especial.
El Monasterio es un edificio del siglo XVI situado en pleno corazón de la prestigiosa denominación de Origen Ribera del Duero, sin duda uno de los lugares más mágicos para celebrar una boda en Valladolid.
Desde primera hora de la mañana Carlos y Miriam disfrutaron de los preparativos con sus familiares en las preciosas habitaciones del hotel.
Carlos lucía un elegante chaqué de Oldjeffrey y Miriam un precios vestido diseñado por la famosa marca Valenzuela.
La ceremonia se celebró en la iglesia de San Bernardo, parroquia que pertenece al conjunto histórico del Monasterio y que es una auténtica joya.
Estando en la Ribera del Duero, el mejor lugar para hacer la sesión de pareja son los viñedos que rodean el complejo, que en esta época del año lucen con un color especial.
En el cóctel, en la parte del claustro, disfrutaron con sus familiares y amigos de música en directo, todo un lujo.
La comida y la fiesta fue una consecución de momentos para el recuerdo, desde regalos a invitados hasta terminar con el colofón de la hora loca, sin duda una boda para el recuerdo.